Los mil y un usos de la agenda

Todos tenemos una idea general del uso de la agenda. Normalmente sirve para dejar constancia de todas las actividades que hay que recordar para optimizar nuestro tiempo. Se debería evitar, en la medida de lo posible, anotaciones en papeles sueltos, ya que existe la posibilidad de que se extravíen. Muchas veces confiamos en que vamos a recordar citas o actividades importantes y decidimos anotarlo más tarde, pero llevar una agenda al día tiene muchos beneficios. Uno de los más importantes es que conseguimos liberar la mente. Además, una buena organización nos ayuda en los negocios a obtener mejores resultados y tenemos la posibilidad llevárnosla a cualquier sitio.   La agenda básica se basa en la división de los días por hojas para poder anotar las cosas necesarias a recordar, ya sean tareas, reuniones, etc. Pueden ser de tapa blanda y dura, con espiral en diferentes tamaños,… Muchas veces también anotamos contactos importantes que no debemos olvidar.   Existen múltiples estilos y tipos de agendas. Dependiendo de la finalidad de cada una, tienen diferentes características. La mayoría de las veces son para uso de negocios, pero también pueden ser para uso personal. En este caso, la posibilidad de personalización es mayor.   La agenda escolar, que comienza en el año escolar, por lo que por norma general el primer mes con el que comienza es septiembre. En cambio la agenda para el trabajo o negocios suele comenzar a principios de año. Estas son las más conocidas. También existen los dietarios. Otra forma de planificación que no sea la agenda son los vades de sobremesa, es otra de las opciones para la organización del día a día. Existen muchos modelos según el tamaño y la personalización. En muchos casos se puede añadir un calendario, o dividir los días de la semana, colores, logos, etc.   Tantas opciones como seas capaz de imaginar